19 de septiembre de 2007

La meditación Infantil

La enseñanza enfocada hacia los niños no deja de ser una labor difícil y enigmática, por lo que necesitamos todas las herramientas posibles para poder llevarla a buen fin y conseguir nuestras metas para con los mas pequeños.
En su gran mayoría y en edades comprendidas entre los 4 y 9 años es muy difícil captar su concentración al 100% durante nuestra sesión de trabajo, su mente se dispersa, y son capaces de encontrar esa tela de araña en el techo de la sala antes que atender a tus explicaciones.
No hay que olvidar de que están en un estado de formación continua de autocontrol y conocimiento de si mismos, no son tontos, por lo que solo atienden a lo que les interesa y lo demás lo descartan (esa tela de araña parece ser muy interesante). Debemos utilizar métodos que sin darse ellos cuenta ayuden a nuestra labor y potencien su condición y capacitaciones mentales, haciendo que su mente se abra y sea capaz de absorber todos los conocimientos que les enseñamos.
La meditación surge cuando la concentración se prolonga un tiempo determinado. el practicante no puede obligar o forzar el estado meditativo, lo mismo que no puede forzarse el sueño. Pero podemos ayudar a que esto se consiga creando un clima adecuado en la sesión que prácticamente les obligue a concentrarse.
Como debemos practicarla:
Al inicio de cada clase, si nunca lo han practicado los niños, deberemos empezar con periodos cortos de no mas de 3 min. Y cada tres sesiones se incrementara en 1 min. hasta llegar a no mas de 8 a 10 min./ Sesión. Yo recomiendo no excederse de los ocho minutos ya que no debemos abusar de su predisposición, y el tiempo en los que se inician pasa mas lentamente, hasta que aprenden a desconectar.

Debemos esperar a que todos los niños estén dentro de la sala para que los que lleguen tarde no distraigan la atención de los demás.
Aislaremos la sala de ruidos exteriores.
Si tenemos la posibilidad pondremos una luz cálida, a los niños les entusiasma ver el ambiente y una música suave de fondo que en un principio despertará pequeñas sonrisas de emoción.
Se sentarán en sus filas con las piernas cruzadas en posición de loto, la espalda recta y las manos reposando sobre las rodillas.
Debemos decirles que cierren los ojos, que permanezcan inmóviles y en silencio, que respiren tranquila y pausadamente por la nariz y que visualicen una pared blanca y además que intenten no pensar en nada.
Como es lógico, deberemos estar con ellos para conseguir que estos puntos los sigan paso a paso y no se salgan de las instrucciones.
Fin del bloque de meditación:
Cuando se haya cumplido el tiempo de meditación se deberán incorporar al estado de “en pie” y les preguntaremos ¿ quien ha conseguido no pensar en nada ?, como es lógico casi todos levantarán la mano, pero nosotros debemos haber observado su estado de quietud y valorar así la progresión de cada uno de ellos con el paso del tiempo. A continuación podemos proceder a la fase de calentamiento.
¿ Que vamos a notar en ellos ?
En primer lugar notaremos que han entrado en un estado de calma al haber hecho bajar sus pulsaciones de cómo las traían, notaremos que se crea un ambiente tranquilo y sosegado durante las primeras fases de calentamiento dándonos cuenta de que nos están escuchando y observando todos ( que ya es difícil ) y su capacidad de concentración hacia la clase irá en aumento consiguiendo así elevar su rendimiento.
¿ Que van a notar ellos?
Sin darse cuenta van a ir viendo una gran mejoría en la ejecución técnica y en la capacidad de entendimiento a nuestras explicaciones. Dormirán mas serenos con los beneficios que esto conlleva aumentando así su capacidad de memorización y de autocontrol ( irán controlando ellos sus nervios y no los nervios a ellos), mejorarán en sus estudios y en su vida diaria potenciando su energía vital y cargándose de fuerzas para el día a día. Posiblemente los padres te pregunten por el cambio que han comprobado en sus hijos.
Sin lugar a dudas este es un trabajo que requiere tiempo y tesón y no se consigue en una sesión cada quince días e incluso debemos recomendar que lo practiquen en sus casas como si fuera un pequeño juego.
Santiago Zapico

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